Sobre el abismo tieso y seducido orgullosas transpiramos
en nuestras caricias lentas colmadas del frío de la deshonra
Nos desvestimos en la suntuosa resaca del rocío
y embusteras nos amamos sin espacio
empalagosas
remilgadas
Tus dedos se congelan mientras me tocas una y otra vez
mesurados nos miran ansiosos los mismos errores
No nos damos cuenta de la comezón de la pubertad
y desmayadas nos amamos sin permiso
indebidas
encandiladas
Nos engañamos para sentirnos fuertes en nuestras pieles
cautivas al tiempo pleno querellante y sudoroso
Lo sabemos desde siempre que no hay final para este amor
y destinadas nos amamos en la lujuriosa indisciplina
semejantes
hermanas