Estos últimos días me he cobijado en una fe sudada en los aromas de los parques, añorando que existe aquella piel que alcance a percibir el deseo del amor eterno, que lo he debatido, todo lo debato, que lo he vivido, claro que si, con malos y buenos momentos. Siento que toda experiencia te hace crecer, terca a veces me tropiezo con las mismas situaciones, siempre las mismas y caigo al fondo del mar y luego refloto, queriendo amar todo el mundo, también al cielo.

